martes, 28 de abril de 2015

Cero más cero es cero

Uno más uno son dos
y dos menos uno, uno.
Algunas veces tú y yo
nos sumamos y sumamos
muchísimo más de dos.

* *

Uno más uno, dos, 
pero al restarle uno y uno
la cuenta te dará cero,
el desnudo resultado
de quitar dos a los dos.

Y cero más cero es cero.

Jordi Rueda

viernes, 24 de abril de 2015

La suerte

Hoy he pasado bajo una escalera*.

Desde que me dijeron, 
siendo niño, 
que pasar debajo de una escalera trae mala suerte
he ido pasando y pasando bajo todas las escaleras que he encontrado en mi camino.

La suerte es mía.
Jamás daré un rodeo para no tentarla.

Eso sí, no te pongas el pijama amarillo para acostarte conmigo.
La cama también es un teatro
y ya sabes lo que dicen que le pasó a Molière
la noche que salió a escena vestido de amarillo.

Y si te digo 12 veces te quiero no me pidas que te lo diga una vez más.
Y ten mucho cuidado, no vayas a derramar la sal fuera del plato.

Es conveniente respetar las sólidas creencias de los demás.

Jordi Rueda

*La escalera de la foto.



miércoles, 22 de abril de 2015

96

¿Recuerdas, querida, aquellas tardes de verano?
Las pasábamos juntos, nos mirábamos a los ojos, de cerca o a media distancia.
Tomábamos té caliente para combatir el calor...
Después nos echábamos en la cama y nos abrazábamos hasta sudar el té.
Otras veces templábamos o nos recostábamos el uno en el otro. Cambiábamos las posturas… era muy agradable.

No he vivido momentos más dulces en toda mi vida como los que compartí contigo en aquellas tardes de verano del 96 en que mi cabeza descansaba a ratos sobre la almohadita velluda de tu pubis. Suave.
Pero ha pasado el tiempo y ahora ya no es lo mismo. Te afeitas… y tu pubis pincha.

Jordi Rueda

Recogido en el silencio de la noche

Recogido en el silencio de la noche
pienso en ti
Y quisiera dedicarte una canción
pero no lo haré

No debemos romper el silencio de la noche
pues sin él
quizá no pensaría en ti como te pienso
y al llegar el momento
de escribirte la canción
y de cantarla
mi voz y mi palabra
no serían diáfanas y exactas

Quiero respetar el silencio de la noche
para verte más clara
dibujada en la luz de las palabras
que nacen de mi noche silenciosa

Recogido en el silencio de la noche
pienso en ti
En ti que eres mi luz y mi palabra
En ti que iluminas mis recuerdos y mis sueños
En ti que solo existes en la noche silenciosa

No debemos romper el silencio de la noche
pues sin él
no existirías.

Recogido en el silencio de la noche
pienso en ti
En tu luz y en mis palabras

Recogido en el silencio de la noche
pienso en ti
En ti que eres mi luz y mi palabra
En ti que iluminas mis recuerdos y mis sueños
En ti que solo existes en la noche silenciosa

Un armario

Hoy la primavera se ha vuelto calurosa de golpe. No voy a tener más remedio que guardar las bufandas.
Aunque… lo confesaré: me gusta tener la casa llena de bufandas y de pañuelos de cuello.
Bufandas largas, bufandas cortas, pañuelos de seda, pañuelos de estilo inglés, pañuelos palestinos, bufandas negras, grises, de colores... cualquiera diría que este invierno pasado ha sido muy frío.
Ahora tendré que ir retirando y plegando las bufandas que están encima de las sillas, de las mesas, de los sillones, en el perchero del recibidor, en el galán de noche que no uso (salvo para colgar bufandas)...
Hoy ha subido la temperatura y parece que no hay vuelta a atrás. No voy a tener más remedio que guardar las bufandas. Da calor verlas con este tiempo.
Necesito un armario para guardar las bufandas.

jueves, 16 de abril de 2015

La tristeza

Cuando el sufrimiento
seca los ojos por completo
porque ya no hay nada
por lo que llorar
conviene convocar a la tristeza.

Abrázame, tristeza,
devuélveme el presente 
que el dolor se ha llevado,
empápame en mi llanto
en mi propio llanto.

Bésame, tristeza,
y deja que mi aliento
se mezcle con tu aliento
y que tus labios fríos
despierten a los míos.

Abrígame, tristeza,
guárdame del mal,
del eterno mal
de no tener presente
de no tener presente.

Acúname, tristeza,
méceme entre lágrimas
de sal amarga
que aviven mi sed,
mi sed de ser mío.

No me dejes, tristeza,
necesito tu abrazo,
tus labios, tu aliento…
Sin ti no habría tiempo.
No habría alegría.

Jordi Rueda

jueves, 9 de abril de 2015

El blanquito y la prieta

Cerca de La Habana Vieja
junto a un bar del Malecón
me apreté con una prieta
pa' bailar un rico son.

El aire de la bahia
venía tibio y con sal
y los labios de mi prieta
eran más buenos que’l pan.

El Morro estaba delante,
La Pastora más allá,
no esperamos ni un instante
en volvernos a besar.

Las olas se confundían
con la música del bar
y mis manos bien sabían
a la prieta acariciar

Yo le dije a la negrona:
Vámonos  pa’ otro lugar,
aquí todo es muy oscuro
y yo te quiero mirar.

--Tengo la casa en Vedado
¿me quieres acompañar?
--Yo vivo en Guanabacoa.
--Yo después te llevo allá.

Ya no les cuento señores
lo que pasó en el zaguán,
la negra entera tenía
la sabrosura del mar.

--Todas tus playas, negrona,
son buenas para nadar
y tus mares, qué te cuento,
casi me pudiera ahogar.

--Ay, mi amor, blanquito mío,
no te debes preocupar.
seré siempre tu sirena
para guiarte en la mar.

--Ay, mi prieta, mi negrona,
nada yo quisiera más,
pero mañana me marcho
y no nos veremos más.

--Pero, blanquito, mi vida,
cómo me vas a dejar,
si no hay más nada en el mundo
como podernos mirar.

--Cómo lo siento, mi prieta,
nunca te podré olvidar,
pero me espera una casa
en las tierras de ultramar.

Jordi Rueda

miércoles, 8 de abril de 2015

Abril


Anem, nena, afanya't. 

Al carrer hi ha flors que deixen anar aromes d'il·lusió. 

És abril, temps de passejar del bracet.

Jordi Rueda. Abril de 2015.

viernes, 3 de abril de 2015

Eran tan verdes las hojas de los árboles...


Eran muy verdes las hojas de los árboles
y tu mirada
enamorada
era también muy clara y luminosa.

Pero estaba llegando otro tiempo
y ninguno de los lo adivinamos,
tendidos poco a poco hacia el invierno
que detrás de aquel verde iba llegando.

Eran tan verdes las hojas de los árboles
en las tardes doradas de septiembre,
que ni tú ni yo pudimos suponernos
que vendría el otoño como siempre
delante de un invierno para siempre.

Eran tan verdes las hojas de los árboles
y tus ojos y mis ojos tan brillantes,
que nuestra propia luz nos impedía
entender que las hojas morirían
secándose en el suelo al desgajarse.

Eran tan verdes las hojas de los árboles
que disfrazaban al invierno de esperanza.

Pero amarillearon y cayeron…
Y tú eras una hoja y yo era otra
en la frontera oscura del invierno
dejamos nuestros verdes en el cielo
y dormimos, marchitos, en el suelo.

Eran muy verdes las hojas de los árboles
y tu mirada
enamorada
era entonces más clara y luminosa.

Jordi Rueda 

Sal blava

Avui és un dia bonic de primavera,
fresc i amb llum del sol i amb núvols blancs.
El mar, enllà, és un mirall serè
tot fet de sal blava.
I jo només espero veure 
a l'horitzó
el vol àgil i elegant de l'oreneta,
aquest dia bonic, fresc i lluminós de primavera
en el qual l'aire porta un suau gust de mar
d'un mar de sal blava.

Vola, oreneta, sola.
el cel és dolç
i la sal no és teva
és de la mar
i és meva.

Jordi Rueda. Primavera de 2012.