En este tiempo se impone mostrar nuestro cariño a las personas
con un poco de distancia.
La salud y sus trampas nos obligan.
No me importa. Siempre me
ha gustado saludar con algún gesto,
con alguna leve reverencia,
incluso,
También me ha gustado besar
y ser besado con los ojos.
Puedo asegurar, por
experiencia,
que besar con los ojos
tiene magia.
Unos ojos que miras te
sonríen
y tus ojos enseguida les
devuelven la sonrisa.
Después, a menudo, asoma
la ternura
y la ternura te pide
suavemente un beso...
como ese que despiden los brillos de tus
ojos,
ese beso que acaricia,
pues los ojos que desean a
otros ojos,
acarician a la vez que
besan.
Deja que te besen con los
ojos muchas veces,
aunque hay un gran peligro
de contagio:
si son ojos que aman, te llenarán
de amor
y tendrás necesidad de
amarlos.
Sentirás una emoción muy
honda
y al sentirla, respirarás
muy hondamente amor.
Jordi Rueda (8 de abril de 2020, a las 0.20)