miércoles, 20 de septiembre de 2017

¿Todos los caminos de la vida son de ida?

Si amargo hacemos el camino largo, 

más largo hacemos el camino amargo.

J.R.

Voy a salir y sé que no regresaré. Nadie vuelve nunca a su punto de partida. Mi rastro se borrará poco a poco y ya no encontraré el camino de vuelta. Tampoco nadie puede seguirme. Tal vez tú, que me gustas tanto, puedas acompañarme un trecho, solo un trecho, hasta que descubramos que el cuento de ir de la mano para siempre es eso, un cuento, solo un cuento. La vida obliga a cada uno a recorrer su propio camino. Hay una soledad inevitable en el viajero. Una soledad que es a la vez gozosa y triste, ilustrada e ignorante, perspicaz  y ofuscada, sabia y perpleja.

Un día, tu mano cálida se dará cuenta de que la mía está fría y no es capaz de recibir el calor de la tuya. O viceversa. Y es que avanzar juntos significa avanzar en paralelo… y los paralelos no se encuentran nunca

¿Volver? Imposible. Solo dando la vuelta al mundo podríamos llegar al punto en que partimos. Allí, tras miles de horas de marcha, celebraríamos una charla sobre las rutas seguidas, la tuya y la mía. Sería un buen momento de celebración, aunque estaríamos muy cansados, muy cansados, pero no tanto como para no tener fuerzas para afrontar sonrientes el último adiós.

Atrás no quedará nada de nosotros porque en el aire hay muchos pájaros y en la tierra, reptiles, hormigas o roedores dispuestos a comerse las migas que ingenuamente abandonaremos en el camino para dejar constancia de nuestro paso y, acaso, para tener un rastro que seguir para volver. Pero volver… volver es imposible.

Hoy, no obstante, podemos descansar juntos. Solo una noche, o solo mil noches. Una o mil noches que serán intensas porque ya sabemos que precederán a un adiós inevitable. Dame tu abrazo, recógete en mí. Deja que te ame como si no existieran los caminos. Yo haré que te sientas como si tampoco  existiera tu soledad. Necesito de la tibieza de tus labios, de tus manos, de tu cuerpo. La noche es fría; las noches son frías. Y el camino de mañana es largo, todos los días es muy largo.


                                                                                                                                          Jordi Rueda

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