Ya se huele el azahar y aun
no es primavera,
ya despiertan los sentidos tras
el frío.
Debemos calzarnos las zapatillas
y salir a pasear con
nuestros sueños,
envueltos en aromas y en
silencio,
dejando que el sol tibio de
la tarde
que realza el verde de las
hojas
y la albura de las pequeñas
flores,
acaricie tus mejillas, mis
mejillas…
Mejillas que juntan su luz
cuando tras unos pasos
nos unimos en un suave
abrazo
entre efluvios de azahares
que señalan
la llegada pronta de la
primavera.
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