Vuelves a mí.
Vuelvo a ti.
Aun quedan brasas de aquel fuego que prendimos.
Cuidado. No solo calientan,
si las tocas, queman.
Podríamos aventarlas y echar leña.
Las llamas son hermosas,
fascinantes.
fascinantes.
Pero el fuego impetuoso es, a la postre,
el creador de las cenizas.
Si nos quemamos
entregaremos las nuestras al viento.
Disfrutemos un poco más
de contemplar el fuego.
Si nos quemamos
entregaremos las nuestras al viento.
Disfrutemos un poco más
de contemplar el fuego.
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