domingo, 22 de enero de 2017

Amor sin luz

El invierno que viene será duro.
Nuestros ojos irán perdiendo luz, 
como si ya no esperaran
que les vieran otros ojos.

Cantará el gallo cada día
y cada día te darás la vuelta
en nuestra vieja cama.
para dormir un poco más
y no afrontar tan pronto
la molesta claridad que hace visible
nuestra mustia subsistencia
rutinaria 

Nos hemos acomodado
en una vida muelle, segura y sin sorpresas.
No echamos de menos la libertad
ni la aventura y ya, por ello,
no merecemos amar
ni ser amados.

Presagio pese a todo, una mañana
en que el gallo cantará muy fuerte
y alguno de los dos —o los dos juntos—
saltará de inmediato de la cama
a tratar de resolver los crucigramas
y los enigmas seductores de la vida.

Y alguno de los dos
—o los dos, acaso juntos—
volverá a espejar la luz en sus curiosos ojos.

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