No sé cómo dejar de
desearte.
No sé cómo calmarme
sin soñarte.
Te evoco en tantas
cosas:
en palabras, en olores,
en el vino,
en un silencio…
Quiero guardar
hasta mañana la memoria de tu cuerpo
precisa,
inmarcesible,
ver tu frente, tu
nariz, y tus mejillas,
sentir el aire de
tu pelo,
el roce de tus
labios,
tus anhelos
Notar las yemas de
tus dedos en mi espalda,
tu pecho contra el
mío,
mis manos aferrándose
a tus nalgas.
Tu corazón que late
y late y siente
cómo el mío se acelera
de repente
La tarde se oscurece.
Debes irte.
Sufriremos el vacío hasta mañana,
Sufriremos el vacío hasta mañana,
un absurdo vacío, doloroso.
La noche será larga, tan inútil…
poblada de malignas
formas
que lanzarán
envenenados dardos
contra nuestras pobres
mentes desoladas…
Mañana, pese a todo, otra vez
juntos
curaremos las
heridas de la ausencia.
Pero así es la pasión de los amantes
que viven separados, insufrible.
que viven separados, insufrible.
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