sábado, 10 de septiembre de 2016

Hasta mañana

No sé cómo dejar de desearte.
No sé cómo calmarme sin soñarte.
Te evoco en tantas cosas:
en palabras, en olores, en el vino,
en un silencio…

Quiero guardar hasta mañana la memoria de tu cuerpo
precisa, inmarcesible,
ver tu frente, tu nariz, y tus mejillas,
sentir el aire de tu pelo,
el roce de tus labios,
tus anhelos

Notar las yemas de tus dedos en mi espalda,
tu pecho contra el mío,
mis manos aferrándose a tus nalgas.
Tu corazón que late y late y siente
cómo el mío se acelera de repente

La tarde se oscurece. Debes irte.
Sufriremos el vacío hasta mañana,
un absurdo vacío, doloroso.

La noche será larga, tan inútil…
poblada de malignas formas
que lanzarán envenenados dardos
contra nuestras pobres mentes desoladas…

Mañana, pese a todo, otra vez juntos
curaremos las heridas de la ausencia.

Pero así es la pasión de los amantes 
que viven separados, insufrible.



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