Eran las primeras tardes del otoño
declinada el sol tras las
montañas
los reflejos rosados del ocaso
los reflejos rosados del ocaso
bullían en tus ojos y en
los míos
mientras en nuestras
entrañas
prendía el fuego de la
noche.
Ido el sol,
tus labios y mis labios
eran ríos de fuego
que encendían al oscuro mar.
eran ríos de fuego
que encendían al oscuro mar.
Un cielo con luna roja
en la ventana
dejaba caricias rosa
en nuestra cama.
Tu vida y mi vida
ardían en el fuego de la
noche.
El cielo y el fuego
Tu fuego y mi cielo
Tu vida y mi vida
eran más que mil vidas
que encendían mil fuegos
en miles de cielos.
Perdidas y ardientes en el
fuego de la noche
tu vida y mi vida
dos llamas
dos llamas
eran todas las llamas.
Tu vida y mi vida
ardían en el fuego de la
noche
¿recuerdas?
Y eran más que mil vidas
Eran más que mil llamas
Eran todas las vidas.
Eran el fuego.
Eran el fuego.
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