Necesito morir esta noche
entre tus brazos
Descansar un instante para
siempre
para sentir que renazco
poco a poco
que salgo de tu vientre a
ver el mundo
a escuchar la música del
viento
y a flotar en los aromas
de las flores del espino
que invade los caminos que
me llevan
al incógnito futuro
Ayúdame a morir otra vez.
No es un capricho.
La vida no sería vida si
no pudiera renacer
de vez en cuando entre tus
brazos (*)
Quiero morir en ti
Y ser inmortal.
Jordi Rueda
(*) Un
tal Freud diría, tal vez, que este texto describe un complejo de Edipo. ¿Será que el deseo y el amor a la madre son también la búsqueda primera de la inmortalidad?
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